GUIATIÉTAR

 Valle del Tiétar - Sur de Gredos

procesional que es conocido familiarmente con el nombre de "la Procesión de la Borriquilla" porque el paso tiene como figura clave al asno sobre el que cabalga la figura de Cristo y se recuerda la entrada gozosa en Jerusalén. Si en las fiestas patronales de los pueblos hay en todos ellas emotivas manifestaciones de su fe, mucho más puede advertirse en este periodo sacro por rememorarse en él los misterios claves de la religiosidad cristiana. Pese a que no queremos resaltar ninguna procesión en particular - atrás quedan ya esos tiempos en que los miembros de las cofradías de la Vera Cruz, como la de Mombeltrán, ayudaban con sus medicinas a soportar el dolor a los que se flagelaban en las iglesias - hay una manifestación del fervor popular que conserva algo de sabor añejo. Se trata de Villarejo; un pueblecito situado bajo los riscos del Torozo en el que el sentimiento religioso se suscita, de forma tradicional, al son de una parte de las rimas sacras, que en siglo XVI compusiera Lope de Vega. El misterio de la Pasión se torna, Jueves y Viernes santo, en este lugar canto y poesía; la serena emotividad no olvida que los sufrimientos de Cristo son los que soportan el misterio de la Redención. Los ricos pasos que salen en las procesiones de Arenas, Candeleda y en la mayoría de las localidades fueron sustituidos, algunos años, en La Parra por habitantes del lugar que daban un sentido especial al recuerdo que hacían las gentes de este pueblo de la Pasión de Cristo. La Semana Santa se cierra con la alegría de la Resurrección y se ejemplifica, al rayar el alba, en esas procesiones en las que se celebra el encuentro de la Madre y el Hijo entre un bullir de esquilas y repiques de campanas. La Semana Santa de Gavilanes ofrece una rica tradición de fervor popular y colorido que aglutina a numerosos visitantes y vecinos.