GUIATIÉTAR

 Valle del Tiétar - Sur de Gredos

En algún pueblo, como en Pedro Bernardo, era tradicional la presencia de una compañía de danzantes en los actos religiosos. El hombre del Valle del Tiétar ha sido siempre consciente de la fragilidad del ser humano. La, durante mucho tiempo, impenetrable vegetación de algunas zonas y la presencia de animales salvajes - osos, jabalís, lobos, serpientes -, así como la alimentación con carne en la que los huesos eran un riesgo hizo que se buscase protección en S. Blas, un obispo con amplios conocimientos médicos que se tiene por patrón en algunos pueblos, como, por precisar más, Candeleda, Lanzahita y Mombeltrán. Los candeledanos acuden cada año con devoción a su ermita. No es casual este templete de Candeleda, pues en él se guardan los restos de un monje, Bernardo, al que se le atribuían poderes especiales contra la rabia; su influencia en la localidad fue tal que, sin ser canonizado por la Iglesia, se llegó hasta el extremo de haber puesto bajo su advocación la antigua ermita de S. Juan ante Portam Latinam que estaba situada en las proximidades de la confluencia de la garganta de Alardos con el río Tiétar, en el sitio de Postoloboso; había sido erigida en el periodo visigótico sobre los restos de un antiguo lugar de culto vettón, como atestiguan las aras que dedicadas al dios Vaelico se han encontrado allí. En